Desde el pasado 15 de febrero, tenemos nuestros Martes con san Antonio. Todos los martes presentaremos en las misas de la mañana y de la tarde las intenciones que hayan sido escritas, pidiendo la intercesión de san Antonio, y que hayan sido depositadas en el altar del Santo de Padua. Al finalizar la misa, nos acercaremos al altar del Santo para orar cantando el responsorio a san Antonio.

MARTES CON SAN ANTONIO

San Antonio, al pasar de la vida monástica a la vida franciscana (Coimbra, 1220), asume el estilo de los “mendicantes” y su forma de estar en medio del pueblo: predicando la paz y la penitencia, con la vida en primer lugar, después de haber intentado darlo todo en una misión con toda probabilidad, martirial.

Caminar y servir al pueblo más humilde y desprotegido le lleva a conocer sus penurias, sus fatigas, sus dramas, y él se entrega por entero a escucharlos, a perdonarles en el nombre del Señor, a defender sus derechos y la dignidad de sus vidas. Se entrega a la formación de los hermanos, para que permanezcan al lado del pueblo, partiéndoles cada día el don de la cercanía amorosa de Dios, de su Palabra, de su Pan; sin separar la vida con todos sus dramas, y su esperanza en el Señor de la gracia, de la vida y de la muerte.

En estos ocho siglos del reconocimiento y beneficio de la Santidad taumatúrgica de Antonio de Padua, el pueblo cristiano ha experimentado, y también hoy sigue gozando, de su cercanía, acompañamiento y dones extraordinarios, con los que el Señor sigue sosteniendo a su pueblo, favoreciendo a los más humildes en las situaciones imposibles y más corrientes, a través de la intercesión de san Antonio.

Aprovechemos agradecidos la cercanía de nuestro Hermano Santo para confiarle las múltiples situaciones personales, eclesiales, y sociales que nos preocupan, que nos hacen sufrir, corporal, social y espiritualmente; supliquemos que nos enseñe a vivir en esa confianza con la que él vivió su relación con el Señor, buscando la voluntad de Dios y no sólo vernos libres de las necesidades más inmediatas, que nos mantienen encerrados en nosotros mismos.