Taller de Afectividad y Sexualidad para padres

Taller de Afectividad y Sexualidad para padres

El pasado fin de semana, 21 y 22 de enero, matrimonios, padres y madres, y hermanos frailes, hemos acudido a la parroquia en respuesta a una llamada muy importante para todos nosotros: un Taller de afectividad y sexualidad, parte del programa “Aprendamos a Amar”.

El principal objetivo fue aprender técnicas sobre cómo hablar con nuestros adolescentes (ya sean hijos, catecúmenos o miembros de los distintos grupos jóvenes de la parroquia) de un tema a veces tan complicado o para el que no estamos tan preparados, con una visión desde la fe actualizada al mundo y a la sociedad de esta primera mitad de un siglo en el que los valores cristianos sobre afectividad y sexualidad no aparecen en medios ni redes. Y esto desde el acoger y escuchar, hasta llegar al convencimiento de que sólo se conoce desde el amor.

Un taller que nadie que esté en contacto con adolescentes debería perderse, en que nos sentimos pequeños porque nadie estamos sobrados cuando se trata de hablar con jóvenes, aunque tengamos mucha experiencia en amar con nuestros 30, 40, 50 o 60 años. Contamos con una gran maestra, Nieves González Rico, de la Universidad Francisco de Vitoria, amén de un grandioso currículo, a la que damos gracias infinitas por compartir su ejemplo, su testimonio, su sabiduría con todos nosotros, y con un grandísimo afecto. ¡¡Qué bonito es compartir cada uno nuestros dones!!

Todos nos quedamos con el corazón sobrecogido de tantas cosas que hemos aprendido; es un tema a menudo tabú para muchos dentro de nuestra querida Iglesia (muchas otras, mal explicado) y hemos aprendido a tratarlo en el lenguaje joven y desde su visión del mundo, y cómo se agradece que nuestros hermanos frailes nos hayan escuchado y hayan favorecido esta hermosa oportunidad.

Nos llevamos muchas cosas, pero una que se ha remarcado mucho: “¡qué bien, pero qué bien estamos hechos!”, gracias al gran Amor que nos tiene el Padre. 

Otras frases que a mí me han marcado: 

– “En un mundo que nos pone en duda constantemente: ¿Quién eres? Soy hijo amado de Dios (no nos olvidemos nunca)”.

– “Hacemos lo que podemos, desde donde podemos”.

– “Todos somos imperfectos, y ¡qué bonito es que nos amen desde nuestra imperfección!”

– “Aprendamos a amarnos, y a amarnos bien.”

Nos dejó una tarea: rezar por nuestros hijos, en un ambiente de paz y respeto. Y rezar también por las personas que serán el amor definitivo de nuestros hijos, ¡¡nuestros futuros yernos y nueras, sí, aunque muy probablemente todavía no les conozcamos!!

¿No se sentirán ellos súper especiales, de saber que nosotros, sus suegros, ya desde ahora y sin conocerlos, estamos rezando por ellos?

Esther Marín

1 Comentario

  • Javier Calero Posted 24 de enero de 2023 16:45

    Fue toda una bendición del Señor poder asistir al taller. Una experiencia de formación muy gratificante y edificadora como padre y acompañante en la Fe. Hacen falta más testigos como Nieves.

Deja una respuesta

Live Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *