El sábado 8 de junio, festividad del Corazón Inmaculado de María, en la misa vespertina de la parroquia, se consagraron a la Virgen María diez personas profundamente preparadas para dar este paso al que se sentían vocacionalmente llamadas: pertenecer a la familia de la Milicia de la Inmaculada (MI) del padre Kolbe. Comenzó la mañana con un precioso retiro preparado espiritualmente por el Asistente nacional, p. Jesús Mari. Se hizo un paréntesis para compartir la comida y siguió un tiempo de silencio y el sacramento de la confesión.
Después de la oración “Sábados con la Inmaculada”, se celebró la Eucaristía presidida por el vicario provincial, p. Juan Cormenzana, quien unió preciosamente la celebración del día del Señor con la entrega sin reservas a María por parte de diez mílites que, firmemente, manifestaron “Aquí estoy” cuando se les nombraba para adelantarse hacia el altar. Qué gran emoción cuando, de rodillas, proclamaron a una sola voz la consagración a María escrita por el propio san Maximiliano. Después el p, Juan les impuso las medallas que acreditaban su pertenencia a la M.I. Hubo un gran aplauso de la comunidad parroquial que arropó con gran cariño el acto.
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